sábado, 1 de octubre de 2011

Si Lugo fuera cómplice del EPP, los parlamentarios también estarían apañando a guerrilleros

El vicepresidente Federico Franco y la senadora Ana Mendoza de Acha de nuevo salieron con un viejo cuento: el presidente Fernando Lugo no quiere liquidar al fantasmagórico Ejército del Pueblo Paraguayo. Este grupo criminal es un fenó-meno único en el mundo, ya que con solo 20 miembros logra poner “en inminente peligro el funcionamiento regular de los órganos constitucionales”, según la inconstitucional Ley 3994/10, de Estado de Excepción, que parla-mentarios luguistas y antiluguistas desean reflotar y que quedó congelado en la Cámara de Diputados.
Mientras tanto, crece el número de respetables ciudadanos que “piensan en voz alta” lo que ya muchos norteños sospechan: el EPP no es más que la creación de grupos mafiosos que tienen sus vínculos con las más altas esferas del poder político y económico e, inclusive, con la prensa nacional (mucha censura sobre el tema)
Si Franco cree en lo que dice debe renunciar a su cargo y pedir al Congreso Nacional que inicie un juicio político al ex obispo. Hasta ahora es puro cuento. El presidente Lugo soporta las acusaciones de cómplice del EPP desde que se lanzó a la arena política. El ex presidente Nicanor Duarte Frutos acusó en marzo y abril de 2008 a Lugo de ser parte del entonces novel “Ejército del Pueblo” y hoy sale otra vez con este disco rayado.
Mirtha Gusinsky, madre de Cecilia Cubas, había lanzado un spot publicitario para pedir a la ciudadanía no votar por Lugo, ya que sería cómplice de los se-cuestradores y asesinos de su hija (ver nota "Lugo debe vivir en otro planeta).
Lugo ganó las elecciones del 20 de abril de 2008 y, antes de asumir, ya tenía un fardo sobre su cabeza: el secuestro del ganadero Luis Lindstron. Pos-teriormente soportó los embates de la ultraderecha luego del ataque al cuartel militar de Tacuati (San Pedro) el 1 de enero de 2009. En ese año el ex obispo ya prácticamente estaba en el “banquillo de los acusados” en el Congreso. Sin embargo, los amagues del juicio político terminaron en el oparei (en la nada). 
Si el vicepresidente Franco, la senadora Acha y sus colegas tienen pruebas, el presidente Lugo debe ser destituido mediante juicio político y procesado pe-nalmente. Hasta ahora es pura charlatanería de políticos, empresarios, parlamentarios y la prensa reaccionaria, cuyo objetivo es instalar un “stronismo sin Stroessner”. La prueba es la Ley 4024/10, Ley Antiterrorista. 
En mayo de 2010 entrevistamos a Luis Alfonso Resck sobre el tema EPP. El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Paraguay (Conadeh) no descartó que el grupo delictivo sea un invento de capo-mafiosos para criminalizar las luchas sociales de los sintierras. El colega de Concepción, Hugo Pereira, también tiene esta visión. El sociólogo Tomás Palau realizó un brillante comentario sobre la guerrilla y su “casual” aparición cuando las papas queman en el campo. Este tipo de comentarios están herméticamente censurados en la prensa stronista, aunque algunas estrellas logran filtrar comentarios adversos a la tesis sobre el origen del EPP. Uno de ellos es el periodista Alcibiades González Delvalle, quien duda de la versión oficial sobre la existencia de un grupo guerrillero con ideología de la época de la guerra fría (años 60 al 80). 
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