jueves, 4 de febrero de 2010

Diario La Nación despide a una periodista recién contratada por exigir su salario


El diario La Nación, cuyo director es Alejandro Domínguez Wilson-Smith, ha cometido su acostumbrada arbitrariedad al despedir a una periodista, repratriada de Argentina, que comenzó a trabajar el 15 de diciembre de 2009. Se trata de Fátima Elizabeth Rodríguez, quien denunció al Sindicato de Periodistas del Paraguay y al comité sindical del diario el trato desconsiderado que fue objeto por parte de funcionarios del Departamento de Recursos Humanos y del jefe de redacción, Néstor Insaurralde. La misma fue despedida el 1 de febrero y ahora el comité del diario está tratando de que la empresa revea su medida, ya que contratada por recomendación de Insaurralde.
La colega relató en una nota dirigida al SPP los malos momentos que había pasado desde que había reclamado su salario. Además, pone de manifiesto el régimen de explotación a que son sometidos por la empresa los trabajadores recién incorporados al plantel del diario. Informó que Insaurralde le asignó el área de “Tendencias”, pero el certificado de trabajo que firmó figura que pertenecía a la sección “Revista”.
“Ese mismo día (15 de diciembre), el señor Néstor Insaurralde me pidió que a la par de escribir para las páginas de Tendencias, supliera a Mario Rubén Velázquez en la producción de notas para el área de Dossier durante sus próximas vacaciones. Vale decir que si bien en los primeros días, en el área de Tendencias sí había una editora, luego salió de vacaciones hasta la quincena de enero dejándome a cargo de la sección. En la otra área tenía que producir el contenido y realizar trabajos que corresponden a un editor. Hubo días que debí producir, escribir y editar hasta 7 páginas del diario de una fecha, señala la nota de la compañera.
“Desde el día que comencé a trabajar hasta la quincena de enero no tomé días libres debido a que me tocó cubrir a la editora y única redactora del área de Tendencias y al único redactor del área de Dossier. Recién el día martes de esta semana regresó Mario Rubén Velázquez, el que cubre el área de Dossier y con el que me ha tocado hacer un trabajo esta semana”, según la periodista Rodríguez.
La colega relata que los días de cobro en La Nación son del 1 al 5 y del 15 al 20 de cada mes. La primera porción de su salario lo cobró normalmente, como los demás periodistas del plantel, pero llegó el 26 de enero y aún no cobraba la otra porción. Por esta razón hizo varios trámites en el área administrativa y de recursos humanos y con jefe de redacción. Luego de mucho trajinar y mendigar por su salario, finalmente, al final de aquel día firmó un recibo y le agregó de puño y letra la fecha del día. Sin embargo, los administradores le negaron el pago porque tenía que poner la fecha del 15 de enero, fecha de pago oficial.
“El señor Quiñones (el cajero pagador) se excusó de entregarme el dinero alegando que es una orden de dirección que no se le puede poner la fecha real y que converse con la gente de administración, porque son las reglas y él no podía entregarme porque le podían descontar a él de su salario. Fui arriba, al área de administración a reclamar y la empleada que me atendió expresó que "no se puede cambiar la fecha. Y sólo el departamento de Recursos Humanos puede imprimir el recibo". Entonces, pedí prestado el celular del señor Néstor Insaurralde para llamarle al jefe de Recursos Humanos, Señor Martín, para que me libere mi salario, ya que debía cumplir con compromisos al día siguiente”, según el relato de Rodríguez.
“Ante mi insistencia de la diferencia entre el 15 de enero y 26 de enero, la respuesta fue "Si no firmás con la fecha que está en el recibo que nosotros preparamos, no cobrás". Al día siguiente envié un mensaje al Señor Néstor Insaurralde para tomarme uno de los días libres que me debía la empresa. Finalmente, recién el jueves 28 de enero debí retirar mi dinero y firmar que recibí el 15 de enero. Defender mi derecho ha sido la causa que me valiera el desempleo. El señor Martín, me llamó el día de hoy-lunes 01 de febrero al interno telefónico y me pidió que fuera a la oficina. Bajé hasta allí y me comunicó que debía entregarme una nota de rescisión de contrato”.
Lo lamentable de este asunto es que la compañera fue conminada a salir del diario bajo la amenaza, que si no lo hiciera de inmediato ese día 1 de febrero, llamarían al guardia de seguridad. Este fue el trato dado por el jefe de Recursos Humanos, Martín, a la compañera cuando se negó a firmar la nota de comunicación de despido, ya que decía que era una “pasante” cuando en realidad fue contratada por Insaurralde.
“He trabajado en la misma empresa durante casi cuatro años en la anterioridad y me volvieron a ofrecer trabajo, y resulta que ahora "no reunía las condiciones". La empresa y el señor Alejandro Domínguez Wilson-Smith tienen todo el derecho de despedir a quienes, les parece, no cumplen con los objetivos de la línea editorial de su periódico. Sin embargo, es mi derecho solicitar al Estado Paraguayo cumplir con su obligación de velar por los derechos del trabajador. Ya que en cualquier otro país, dónde mínimamente funciona la justicia, el Estado investiga y sanciona a las empresas que chantajean a sus empleados”, según Rodríguez.
“La crisis internacional ha causado estragos en los trabajadores, pero más daño han causado los empresarios inmorales que se aprovechan de la crisis para chantajear a los trabajadores con su derecho básico de percibir su salario en tiempo y forma a fin de asegurar la satisfacción de las necesidades básicas. Los trabajadores y sus organizaciones han sido desmoralizados por la indignante impunidad para los empresarios que violan en forma sistemática el código laboral, mediante el delito de chantaje para producción de documentos de contenido falso, ya que los recibos firmados contienen datos-fechas- que no corresponden a la verdad”, reza otra parte de la nota de la colega.

1 comentario:

litaperezcaceres.blogspot.com dijo...

Hola, soy Lita Pérez Cáceres y me alegra mucho tener acceso a esta página, solo asi me entero de lo que sucede en los medios y, más importante aún, es conocer las miserabilidades de los empresarios periodísticos qeu continúan hambreando a los compañeros. Conozco a Fátima y se de su trabajo, lamento sinceramente lo que le hicieron. Hace falta un gremio más fuerte que pueda luchar contra el miedo a quedarse sin trabajo y luego hacer una unión firme contra los explotadores. Fuerza compañeros.