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La foto de arriba muestra la ruta Mcal. Estigarribia frente a la Universidad Nacional durante la huelga del 26 marzo de 2014. La de abajo, la misma zona durante el paro de transportistas del 6 de agosto de 2013.
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La mayoría de la gente trabajadora prefirió quedar en su casa durante la huelga general de ayer. Asunción, el centro del poder económico y político del país, tenía pinta de feriado inclusive hasta la tarde.
Seguro que fue el día menos contaminado con hollín y ruido desde la huelga de 1994 contra el gobierno de Juan Carlos Wasmosy. Pocos locales comerciales estaban abiertos. El presidente del gremio de transporte, César Ruíz Díaz, dijo que a la tarde tampoco hubo muchos ómnibus porque no había suficientes pasajeros.
No hubo gran concentración de gente en las plazas frente al Congreso Nacional y al Hotel Guaraní. Sin embargo es evidente que la convocatoria fue un éxito cualquiera sea la motivación de la ciudadanía. El efecto de la huelga se sintió también en algunas ciudades de la Gran Asunción y del interior, según se puede leer de informaciones lanzadas en la red de internet.
El diario ABC Color, del terrateniente Aldo Zuccolillo, tilda de fracaso la medida de protesta contra el gobierno de Horacio Cartes porque “las centrales obreras que organizaron la huelga general de ayer demostraron un poder de convocatoria débil” (ver nota). Es una visión interesada y manipulada, ya que el diario se fijó en la escasa cantidad de obreros y campesinos apiñados en las plazas.
La jornada de ayer fue una HUELGA GENERAL y no una MANIFESTACIÓN CALLEJERA o un MITÍN POLÍTICO. Fue obvio el “fracaso” de la convocatoria porque había poquísimos ómnibus...y los que tienen coches y motos tuvieron miedo de salir a las calles. Y fue por culpa del gobierno que anunció hechos de violencia por parte de los sindicalistas. Solo hubo algunos cortes de ruta intermitentes y piquetes (concentración callejera) en el interior y en Asunción (sobre la Autopista de Ñu Guasu y Madame Lynch y avenida Eusebio Ayala y Madame Lynch).
La mayoría de los comercios de Asunción permanecieron cerrados durante la huelga. La foto es de calle Palma y 15 de Agosto.
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El número de ómnibus en la madrugada era nulo y a partir de las 6:00 fue escasa la cantidad de unidades del transporte público, de automóviles y motos. Solo algunos colectivos se pudo notar sobre la avenida Eusebio Ayala a partir de las 7:00. No había pasajeros viajando en las estriberas ni mucho menos automóviles, camionetas y camiones de cargas atiborrados de obreros.
“Lo más importante no es una evaluación de la huelga sino el inicio del diálogo”, dijo ayer el ministro del Trabajo, Guillermo Sosa. Esto significa que el gobierno sintió la medida de fuerza. No quiso hacer una evaluación porque tendría que haber dicho la verdad. La misma posición tuvo el senador colorado Juan Carlos Galaverna.
La huelga general se sintió y se vio en las calles de Asunción y ciudades “dormitorios”. Fue diferente al paro de transportistas del 6 de agosto de 2013. En aquel día había escasa cantidad de ómnibus, pero las calles estaban atestadas de coches, motos, camiones y camiones de cargas. La mayoría de la gente prefirió concurrir al trabajo en cualquier medio porque el reclamo de los empresarios no era su problema. En cambio, con la medida de protesta de ayer se juega las condiciones de vida de miles de compatriotas, debido a la inconstitucional ley 5.102/14, de Acuerdo Público-Privado.
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