sábado, 14 de enero de 2012

Sindicato de Trabajadores denuncia despidos ilegales en el Comité de Iglesias

El Sindicato de Trabajadores del Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia (CIPAE) denunció que los directivos de esta entidad, reconocida por su tarea en la promoción y defensa de los derechos humanos, viene despidiendo a traba- jadores y funcionarios que tienen años de servicio (de 10 años y hasta 34 de antigüedad). El gremio dice que hay una clara violación de los derechos laborales consagrados en el Código del Trabajo, en la Constitución Nacional y en los Convenios Internacionales. Asegura que la institución ofrece una indemnización irrisoria a los afectados. 
Los capos de la Junta Directiva del CIPAE son: Pastor Evaristo Rojas, Pastor Darío Aquino y el Pastor Cristóbal Mareco, por la Iglesia Discípulos de Cristo; Monseñor Mario Melanio Medina, Monseñor Cándido Cárdenas y el Pbro. José Arias, por la Iglesia Católica; los señores Oskar Dickel, Carlos Villasboa y Francisco Eisenkolbl, por la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Víctor Ayala, de esta última Iglesia, era miembro de la Junta y ahora es Director Ejecutivo, según el sindicato, que no identifica a los trabajadores que fueron despedidos. 
El secretario general del gremio es Marcial Cantero Gaona, quien da a entender en su comunicado, distribuido por la Confederación de la Clase Trabajadora, que el CIPAE desconoce el derecho a la “estabilidad laboral”, establecido en la Cons- titución y en el Código del Trabajo, tal como lo hacen muchas empresas privadas. Uno ejemplo de ello es el caso de los despidos en el Canal 9 TV Cerro Corá. El sindicato dice que la institución de DDHH tiene ahora sus puertas cerradas por vacaciones para evitar protestas de los trabajadores. 
A continuación el comunicado del sindicato del CIPAE:
1- Manifestamos que no es creíble la falta de presupuesto que se alega en casi todos los casos, ya que los puestos de los desvinculados han quedado va-cantes y de alguna manera deben ser llenados ya sea para cumplir con los trabajos, como para poder cumplir con los convenios ya suscritos con las agencias internacionales de cooperación e instituciones del estado. Además, porque en coincidencia con los despidos, es por todos verificable las fuertes inversiones en equipos y mejoras edilicias que se vienen realizando en los últimos meses. 
2- No existe, ni existió en el pasado, una gradualidad en la aplicación de sanciones por parte de la Directiva del CIPAE a algún/a trabajador/a cuando las mismas correspondan en justicia. No existen sumarios que, como se sabe, es un derecho del trabajador para saber de qué se le cuestiona o acusa y, a la vez, que se abre la posibilidad para alguna procurar alguna defensa. Se desconoce la aplicación de amonestaciones, apercibimientos verbales o escritos, o suspen- siones u otras variantes, que permitan al trabajador enmendar o corregir, si cabe o corresponde, su desempeño u otro aspecto que hace a su actividad laboral. 
Al contrario, las medidas son intempestivas, repentinas; y se aplica la medida más cruel de todas como es el despido, que deja desprotegidas a las familias de los despedidos, de un día para otro. 
3- La Junta Directiva, en su hermetismo y verticalismo total, se reúne y corta de improviso la cabeza de compañeros que tienen estabilidad laboral y que llevan la vida entera sirviendo al CIPAE y a la gente beneficiaria de sus servicios. Nos encontramos así, frente a la lamentable situación de tener que denunciar a las autoridades del Comité de Iglesias (institución defensora de los derechos humanos) por la violación de los derechos humanos de sus trabajadores. 
4- Siendo todo lo anterior ya suficientemente agraviante, lo que resulta cate-góricamente inaceptable es la indemnización que ofrecen a los despedidos, que en nada se compadece con los años de antigüedad y de trabajo dedicado de los compañeros. Por ejemplo, cómo calificar, sino como una burla, el ofrecimiento en concepto de indemnización a un compañero con más de 24 años de trabajo, de la suma de Gs, 2.197.868. Es un irrespeto total. Como esta “propuesta” de indemnización es inaceptable, se obliga a los perjudicados y al SITRACIPAE, a recurrir al Ministerio de Justicia y Trabajo, y al Poder Judicial, tratando de buscar “justicia”, ya que en el CIPAE, entidad insignia de los derechos humanos, en este momento este valor brilla por su ausencia. 
5- Dejamos en claro, aun siendo un aspecto de forma, nuestro completo desa-cuerdo, con la decisión de la Junta Directiva, de dejar al 30 de diciembre 2011 – en medio de las fiestas de año - la toma de decisión sobre la desvinculación o no de los trabajadores, y la posterior convocatoria a los compañeros, ya a inicios de enero del 2012, para darle la ingrata noticia cuando estos ya estaban en pleno goce de sus “supuestas” vacaciones. En este marco, suponemos que para evitar situaciones incómodas, procedieron a “cerrar” la institución todo el mes de enero del 2012. 
6- Ante toda esta situación expuesta, y luego de haber buscado por todos los medios, el diálogo respetuoso y el arribo a acuerdos dignos de trabajo a los efectos de servir mejor a los beneficiarios de los servicios del CIPAE, el SITRACIPAE resuelve “abrir las ventanas”, de tal manera, a comunicar y poner en conocimiento de las Iglesias, ONGs, Organizaciones Sociales, Centrales Sindicales, en especial a los sectores y gente beneficiaria de los servicios y, en fin, a la ciudadanía toda, este clima de irrespeto y desconsideración hacia los trabajadores, su organización y sus derechos laborales (que son derechos humanos), en la confianza de que así se pueda restablecer un clima de respeto y cumplimiento del derecho al interior de la institución. 
7- Solicitamos a la Junta Directiva, en primer lugar, dejar sin efecto la actual barrida de los trabajadores del CIPAE. Exigimos respeto básico y elemental a los derechos laborales y a la dignidad de las personas trabajadores/as del CIPAE. Reclamamos respeto a la organización de los trabajadores y no persecución, avasallamiento y desconsideración total como es la tónica actual. Solicitamos el fin del verticalismo y del manejo hermético cuando se trata del presente y futuro de la gente que dedica su tiempo y sus mejores esfuerzos para cumplir con los compromisos con los sectores más vulnerables y con las agencias de coope- ración y apoyo. 
Esperamos, sinceramente, que el buen sentido, el respeto y el diálogo se vuelva a instalar en el CIPAE ya que consideramos que es el camino y el ambiente adecuado para el cumplimiento fiel de sus fines y objetivos fundamentales. 
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