miércoles, 29 de febrero de 2012

Nietzsche, Nueva Germania y el Paraguay

Por Fabio Anibal Jara Goiris (*)
Existen capítulos de la historia paraguaya que pasan prácticamente desapercibidos. Son acontecimientos aparentemente sin conexión con la sociología y la política del país y que, sin embargo, se constituyen en importantes pasajes humanos… demasiado humanos (como diría Nietzsche)5. Un ejemplo es el caso de las catorce familias de alemanes que vinieron al Paraguay en 1886, quince años después de la Guerra de la Triple Alianza. Estas familias se instalaron en la actual ‘Nueva Germania’, Departamento de San Pedro (a 297 kilómetros de Asunción), y trataron de recrear un ‘nuevo mundo’ en plena selva paraguaya. 
Eran migrantes alemanes que tensionaban dar un nuevo aliento a la ideología (o al mito) de una superioridad racial teutónica aliada a cierto antisemitismo. El grupo estaba encabezado por el agitador social alemán Bernhard Förster quien era casado con Elizabeth Nietzsche (1846-1935), hermana del célebre filósofo Friedrich Nietzsche. Sin embargo, el emprendimiento de crear un oasis y una fortaleza de una supuesta supremacía teutónica ha fracasado.
La venida de los alemanes al Paraguay a partir de 1886 fue precedida de una larga historia. El origen del sueño alemán parece iniciarse con las interpre-taciones de la palabra Reich, que significa reinado o imperio y que llenaba de orgullo (y hasta de presunción) a los habitantes teutónicos. Es tan fuerte y enérgico este concepto que la palabra Reich se continuó utilizando tanto durante la República de Weimar como también en la Alemania nazista (léase Tercer Reich). 
En este contexto, la postura ideológica adoptada por el célebre músico alemán Richard Wagner (1813-1883) entrelazaba patriotismo y nacionalismo teutónico con el sueño del Reich que incorporara a una Alemania grandiosa, rica (otro sentido de la palabra Reich), superior y seguramente antisemita. Richard Wagner, el genio de la música alemana, era considerado por muchos como el apóstol de una tradición alemana destinada a conducir los destinos de la propia humanidad. Además, según Wagner, la música trae consigo la nostalgia, la evocación del alma, los transes emocionales inexplicables y el despertar del propio inconsciente. Esta connotación trágica y dionisiaca de la música de Richard Wagner influenció poderosamente al joven filósofo Friedrich Nietzsche (1844-1900). Se cuenta que Nietzsche conoció personalmente a Wagner en la ciudad de Leipzig, en 1868. La obra de Nietzsche titulada El nacimiento de la tragedia en el espíritu da música, de 1871, era un homenaje a Wagner, cuya obra musical era entendida como una continuidad de la tragedia de los antiguos griegos (léase presocráticos), tan valorizada por Nietzsche. No está por demás agregar que Nietzsche criticaba ferozmente al filósofo griego Sócrates por fomentar apenas y únicamente el espíritu apolíneo y la racionalidad humana en menoscabo de la instintiva y deseada tragedia dionisiaca (en la cual se inspiraría la música de Wagner)2. Sin embargo, Nietzsche rompió con Wagner tiempos después (ver en ‘Humano, Demasiado Humano’, 18785 y ‘El caso Wagner’, 18886). 
En 1880, Wagner escribió ‘Religión y Arte’ en la cual hablaba de Apolo y Dionisio (o Dioniso) y donde sentaba posición en contra de la emancipación de los judíos. Wagner pensaba también en crear una comunidad de vegetarianos austeros donde todos fueran de la más pura raza aria. Este texto de Wagner fue la inspiración para que Bernhard Förster y Elizabeth emprendieran el viaje al Paraguay. Para llevar adelante sus planes Förster se desvelaba estudiando un mapa del Paraguay dibujado por el coronel-ingeniero Franz Wisner von Morgenstern, un cartógrafo húngaro quien ayudó a Solano López en la Guerra del 70 y que era a la sazón ministro de Inmigraciones del Paraguay (Ugueruaga, 2008)9. Guiado por ese mapa, Förster se ha quedado dos años en tierras paraguayas en busca del lugar apropiado para construir su utopía. En el año 1885 empieza a negociar la cesión de tierras públicas con el general Bernardino Caballero, entonces Presidente de la República. Recuérdese que en el llamado periodo liberal-oligárquico (1870-1914), bajo el mando y accionar de políticos paraguayos de orientación ideológica fundamentada en el liberalismo económico y sobre todo de políticos conservadores, especialmente de caudillos colorados, como Bernardino Caballero, se formaron los monopolios, los dumpings y otros métodos ilícitos de apropiarse fácilmente de los bienes del Estado (Jara Goiris, 2004)3. 
Una vez con las tierras ya definidas en el Paraguay (en el Departamento de San Pedro), Bernhard Förster hace profusa propaganda entre sus pares alemanes sobre las cualidades del suelo para la producción y comercialización de la yerba mate. Así, en 1887 el matrimonio Förster-Nietzsche acompañado de catorce familias alemanas se instala en plena selva paraguaya y funda la Colonia Nueva Germania. Es posible imaginar que a la par de la belleza de los bosques naturales, la exuberancia de las plantas de yerba y la preciosidad del río Aguaray, la colonia Nueva Germania sufría los efectos de un clima calurosamente hostil y una legión de insectos seguramente agresiva para los habitantes alemanes (Wood, 2008)10. 
Algunas secuelas prácticas negativas como la inadaptabilidad de los métodos de cultivo alemanes (el suelo era arcilloso, seco, muy difícil de arar) y los rigores del clima tropical hicieron con que muchos retornaran a Alemania. Otros migraron al noreste argentino o mismo a zonas más al sur del Paraguay. Sin embargo, el acontecimiento más impactante para la colonia Nueva Germania fue el suicidio en 18897 de su fundador Bernhard Förster en un hotel a orillas del lago en San Bernardino. Así, el sueño declarado de Förster de crear un territorio de desarrollo germánico, lejos de la influencia de los judíos, estaba llegando a su fin. 
El resultado sociológico más importante reside en que los colonos remanentes se olvidaron de las ideas originales de Förster terminando por integrarse completamente a la cultura paraguaya, hablando una mezcla de castellano y guaraní y dedicándose al cultivo de yerba mate, tabaco, algodón y mandioca. Muchos descendientes de alemanes (como la señora Helga Fischer) se casaron con paraguayos y actualmente viven felices en Nueva Germania y hablando en alemán, castellano y guaraní (Wood, 2008)10. Existen relatos, sin embargo, de que algunas enfermedades tropicales habrían eliminado a varios colonos europeos. Además, la práctica de más o menos 130 años de endogamia, en los casos donde no se verificó el hibridismo, demostró que el patrimonio genético de la supuesta ‘raza aria pura’ presentaba fragilidades biológicas amén de sufrir los efectos de mutaciones y enfermedades que parecen prosperar en comunidades en aislamiento1. Una estimativa poblacional relativamente reciente (2008)7 demuestra que el total habitantes de la colonia llegó a apenas 4.335 personas. 
Elizabeth Nietzsche retornó a Alemania en 1893, algunos años después del suicidio de su marido. Se dedicó entonces a organizar el Archivo Nietzsche, editando los manuscritos de su hermano filósofo, quien falleciera dominado por la locura en 1900. Elizabeth parecía no tener escrúpulos llegando a falsificar algunos textos de su hermano para congraciarse con la naciente ideología nazi. Elisabeth tenía 84 años cuando abiertamente adhiere al Partido Nazi. Adolf Hitler recibió de Elizabeth en una vistosa ceremonia el cayado que habría pertenecido a su fallecido hermano Friedrich Nietzsche. Existen relatos de que Hitler llegó a enviar tierra alemana al Paraguay para que fuera depositada en la tumba de Förster. Además, el médico nazi Joseph Menguele vivió anónimamente muchos años en la colonia Nueva Germania1. Por si fuera poco, el libro ‘Así habló Zaratustra’ (1883), de Nietzsche, se convirtió en la biblia de la juventud nazi ya que se ha interpretado que al hacer mención al ubermensch – o superhombre, significaría hablar de una raza superior. Sin embargo, intelectuales y estudiosos de Nietzsche en todo el mundo (entre los cuales el filósofo Martin Heidegger) denunciaron como unilateral la postura de Elizabeth y se encargaron de apartar toda mácula que hubiera pesado sobre los hombros de Nietzsche como aquella de que habría adherido a la ideología de Hitler. 
Por fin, existen relatos que dicen que la aventura de Elizabeth en el Paraguay tenía como precursora a Elisa Linch, la Madama irlandesa que acompañó a Solano López hasta su inmolación en Cerro Corá, en 1870 (Ugueruaga, 2008)9. El escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, en la novela El Fiscal (1993)8, ha mencionado a Elisabeth Nietzsche y a Elisa Lynch. Según Roa Bastos, los originales de Ecce Homo, un libro capital de Nietzsche, ha estado en Paraguay, en poder de Elizabeth. Ambas mujeres europeas fueron decididas partícipes de contingencias puramente dionisiacas, tan míticas como utópicas. Ambas eran apasionadas por la música, fundamento mítico de Dionisio: Madama Linch abandonó sollozando su piano en Cerro Corá y Elizabeth rendía culto a la música romántica e irracional de Richard Wagner. 
Así, la explicación más acertada sobre la aventura de la vida (y de la muerte) solamente puede venir del propio Nietzsche, quien enseñó a andar por caminos interregnos. Para este filósofo el pueblo griego antiguo, de Homero y Heráclito, era superior al de Sócrates y Platón. Aquellos veneraban primeramente a la tragedia de la música de Dionisio (y después a Apolo); estos, solamente reverenciaban a la racionalidad prosaica del Dios Apolo2. Para Nietzsche el pueblo griego antiguo supo captar las dos dimensiones fundamentales de la realidad (Dionisio y Apolo) sin ocultar ninguna de ellas, dimensiones que se fueron perdiendo en el mundo occidental, para dar lugar a un frio y calculista mundo apolíneo. El dogmatismo de creer solamente en Apolo es síntoma de decadencia pues se opone a los valores del existir instintivo y antropológico del hombre. No obstante, para contrapesar a Nietzsche, se podría argüir que el aumento contingente de la dosis de lo apolíneo es capaz moderar la voracidad instintiva. 
(*) Máster en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad Estadual de Ponta Grossa, Brasil
 
Bibliografía: 
Epstein, J. Rebuilding a pure Aryan home in the Paraguayan jungle. Chronicle Staff Writer. 2005.
Filosofía contemporánea. Nietzsche. Apolíneo.
Jara Goiris, F.A. Paraguay: Ciclos Adversos y cultura política. Editora Servilibro, Asunción, 2004 
Nietzsche, F. El Origen de la Tragedia: escritos preliminares Homero y la Filosofía Clásica. Terramar Ediciones, Buenos Aires, 2008. 
Nietzsche, F. Humano, demasiado humano. Traducción de Alfredo Brotons Muñoz. Akal Ediciones, Madrid, 1996
Nietzsche, F. ‘El caso Wagner’ y ‘Nietzsche contra Wagner’. Ediciones Siruela, Madrid, 2002 
Nueva Germania (Paraguay).
Roa Bastos, A. El Fiscal .Buenos Aires. Editorial Sudamericana, 1993 
Ugueruaga, A. Sobre Patria olvidada: Buscando a Elisabeth Nietzsche. Critica. C. L. http://critica.cl/literatura/sobre-patria-olvidada-buscando-a-elisabeth-nietzsche
Wood, G. Paraguay’s holdout German colony. 2008. 















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